Los valores que nos conducen a una sociedad más sostenible, son también los que más contribuyen a la verdadera felicidad personal. La ciencia nos está enseñando que la realidad en la que vivimos no es este mundo mecánico e impersonal, en el que nos sentimos invitados a competir y a consumir, sino una realidad asombrosa que nos invita a una actitud holística, participativa y relacional que posibilitará una sociedad y una vida muy distintas de las que tenemos ahora.
Nuestra encrucijada actual nos pide reorientar todos los ámbitos de la sociedad, la cultura y la economía hacia un mundo sostenible y solidario, en el que la vida humana tenga pleno sentido. Necesitamos nuevos valores que sustenten este camino, que puedan servir para orientar nuestras prioridades, acciones y decisiones personales y colectivas desde una gran consciencia.
Jordi Pigem