Iniciar el camino del Mindfulness significa una profunda voluntad de abrirnos al sentido de la vida.
Un verdadero cambio de la conciencia, una transformación gradual y honda del modo en que cada día experimentamos el mundo, la vida y a nosotros mismos. Es en realidad un arte, el arte de vivir, una nueva forma de existir, de observar, de contemplar nuestro día a día, las cosas importantes y las cosas pequeñas. Permitirnos darnos cuenta de cada experiencia que la vida nos ofrece, cada experiencia, como un regalo, un regalo para amar. Empecemos a dejar de estar tan distraídos, tan anestesiados o tan entretenidos y absorbidos por nuestros pensamientos. Dejemos por un instante de pensar la vida para simplemente comenzar a vivir-la. Vivir este instante, como único, como irrepetible, con absoluta entrega, con absoluta presencia. Un presente que nos permite ver con claridad, con benevolencia, con discernimiento. En realidad, un verdadero arte de vivir, una nueva forma de existir.
“Con el poder de Mindfulness, podemos estar plenamente presentes ante la insoportable belleza e inevitable tragedia que comporta nuestra vida humana. Jack Kornfield